Se trata de un año especial, también llamado año jubilar o Año Santo porque es un tiempo en el que se experimenta que la santidad de Dios nos transforma. En un mundo roto por las guerras, la violencia, la injusticia, la pobreza y la marginación, el pueblo de Dios estamos llamados a ponernos a peregrinar por caminos de fraternidad, de paz, de solidaridad y de misericordia y ser testigos de esperanza.
Esta celebración, tiene su origen en el año 1300, cuando el Papa Bonifacio VIII, convocó el primer Jubileo o “Año Santo”. Con el paso del tiempo, la frecuencia de esta celebración ha ido cambiando: al principio era cada 100 años; en 1343 el Papa lo redujo a 50 años y en 1470 a 25 años. El inicio oficial del Año Santo se visibiliza mediante la apertura de la Puerta Santa por parte del Papa y la meta de los peregrinos es atravesarla. Originalmente, solo había una puerta, en la Basílica de San Juan de Letrán, que es la catedral del obispo de Roma. Para que los numerosos peregrinos pudieran hacer este gesto, las demás Basílicas de Roma también ofrecieron esta posibilidad.Al participar del Año Santo se obtiene la indulgencia plenaria.
La indulgencia puede recibirse según las condiciones habituales, esto es: confesarse y comulgar, el mismo día o unos días antes o después; orar por las intenciones del Santo Padre; peregrinar, ya sea comunitaria o individualmente, a alguno de los templos jubilares indicados por la Archidiócesis, y dedicar un tiempo de oración personal y realizar alguna obra de caridad.
Al cruzar este umbral, el peregrino recuerda el texto del capítulo 10 del Evangelio según San Juan: “Yo soy la puerta: quien entre por mí se salvará y podrá entrar y salir, y encontrará pastos”. El gesto expresa la decisión de seguir y de dejarse guiar por Jesús, que es el Buen Pastor. Por otra parte, la puerta es también un paso que conduce al interior de una iglesia. Para la comunidad cristiana: es el lugar del encuentro y del diálogo, de la reconciliación y de la paz que espera la visita de todo peregrino, el espacio de la Iglesia como comunidad de fieles.
Para ayudarnos, la Iglesia de Barcelona nos propone los siguientes templos en los que podemos peregrinar para celebrar el año jubilar y recibir el don de la indulgencia plenaria: Santa Iglesia Catedral Basílica Metropolitana de Barcelona, Basílica de la Mare de Déu de la Mercè, Basílica de la Sagrada Família, Basílica del Sagrat Cor del Tibidabo, Basílica de Santa Maria de Mataró, Iglesia parroquial de Santa Maria de Cornellà, Santuario de Sant Josep de la Muntanya y Cottolengo del Padre Alegre.
Os animamos a vivir este año especial como un camino de gracia y de transformación.
Peregrinos de esperanza. Guía y materiales para vivir el Jubileo 2025
En sus páginas se puede descubrir el origen y significado del Año Jubilar cristiano, partiendo de sus raíces bíblicas y cristológicas. De esta forma, podremos comprender mejor la convocatoria jubilar del año 2025 y adentrarnos en sus signos característicos: peregrinación, Puerta Santa, reconciliación, oración, liturgia, profesión de fe, indulgencia.
Se recoge también la principal documentación de este Jubileo, tomando como base el material oficial de la Sede Apostólica: lema, logo, oración, himno, calendario, bula, indulgencias.
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